MASONERÍA Y BENEFICENCIA
Real Escuela masónica para niñas
(grabado del H... Francesco Bartolozzi 1802)
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La masonería no es una institución filantrópica,
sino un método de trabajo que cultiva la filantropía como
espontánea manifestación de la fraternidad. La Beneficencia se
practica de forma anónima, secreta y espontánea.
Es costumbre antigua que los masones
funden instituciones para el desarrollo de actividades benéficas
(hospedajes para pobres, escuelas para analfabetos, fondos de
pensiones, sostenimiento básico a parados y viudas, horfanatos,
etc.), que son sostenidas económicamente por la Tesorería de la
logia y, más especificamente, mediante el Tronco de la Viuda (que
se nutre, sobre todo, de los donativos de los hermanos).
Tan importante es esta costumbre que, en el rito de
iniciación, el Venerable explica al nuevo aprendiz, tras
desposeerle momentaneamente de sus pertenencias, que «Los metales
que os han sido retirados antes de entrar en el templo simbolizan
todo lo que brilla con un resplandor engañoso, es la moneda
corriente de los prejuicios vulgares. El hombre que aspira a ser
libre debe aprender a separarse de las cosas futiles, y acordarse
de que la avaricia es el eje de todos los vicios. Los metales,
manejados por el sabio, pueden servir para hacer el bien».
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Inauguración de
un orfanato masónico en Londres en 1788 |
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Seguidamente, el Hermano hospitalario hace circular
el Saco de la Viuda (sin haberle restituido sus metales), instando
al nuevo aprendiz para que deposite algo (que no tiene) al saco;
así, luego se le explica que la desazón de no tener qué compartir
le debe enseñar que la generosidad no depende de la cantidad, y
que sus bienes (que ahora le son devueltos) debe administrarlos
escuchando a su corazón y que el verdadero espíritu de fraternidad
y solidaridad pasa por prevenir las necesidades y dificultades, y
contribuir a eliminarlas: «Ayudar a alguien a caminar es mejor que
proveerlo de muletas», si esto es posible.
Elevarse sobre los sentimientos y el concepto
profano de caridad, para realizar la verdadera fraternidad del
iniciado, es parte del Ideal del masón sin esperar ninguna gracia
o reconocimiento.
Fuente: Juan Carlos Daza, Diccionario Akal de la Francmasonería,
Madrid, 2009, pp. 61-62.
EL HERMANO HOSPITALARIO
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Diploma de la logia "Los Amigos
Invisibles" de París, 1809
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El ejercicio cotidiano de la beneficencia se
realiza simbólicamente al final de las tenidas, cuando el hermano
Hospitalario hace circular el Tronco de la Beneficencia o Tronco
de la Viuda («Una viuda y sus hijos» es como se designa a la
Francmasonería), donde los hermanos depositan fondos para
utilizarlos exclusivamente en estas causas, que se entregan al
Hospitalario (una vez contabilizados por el Secretario, quien
refleja la cantidad total en el acta). El Tronco de la Viuda está
dispuesto de forma que cada hermano introduzca su mano con el
óbolo de forma que nadie pueda saber cuánto ha depositado.
El hermano Hospitalario es el oficial de la logia
responsable de todas las acciones de beneficencia y socorro. Por
ello, recoge y administra los recursos destinados a dichas
funciones (independientes de los que administra el Tesorero) y
cuyos fondos no pueden utilizarse para otra cosa que no sea la
ayuda y socorro de algún necesitado. Cuida de enaltecer el ideal
filantrópico del taller con su gestión, que desarrolla con el
apoyo de la Comisión de Beneficencia. El Hospitalario representa
el principio y objeto de la fraternidad de la Orden, por lo que
obra con su conducta, pensamientos y palabras, con arreglo al
«sacerdocio fraternal» que desarrolla, contribuyendo con su
ejemplo y enseñanzas a la instrucción de los hermanos en los
principies de amor y fraternidad. No en vano, en las
Constituciones de Anderson de 1723 se explica que «... el amor
fraternal... que es el fundamento y la piedra maestra de la
masonería», y en las constituciones de la Gran Logia de Francia se
dice: «... la masonería es una Orden iniciática tradicional
fundada sobre la Fraternidad».
Para el hermano necesitado, el Hospitalario debe
ser el hombre humanitario que sufre con él, que le escucha,
consuela y visita frecuentemente; y, si llega el caso, está con el
hermano que muere, ayudándole a hacerlo en paz. Respecto al
extranjero o hermanos visitantes debe reparar en todas sus
necesidades (facilitándoles alojamiento, información sobre lugares
de su interés, etc.) recibiéndolos a su llegada y despidiéndoles a
su partida. Se encarga de dirigir y presidir los honores rendidos
a la memoria de los hermanos que han fallecido.
Lleva un registro de contabilidad con las entradas
y salidas, y registra los datos de las personas socorridas y las
ayudas otorgadas, así como la fecha en que se concedió. A este
registro sólo tendrán acceso las tres luces, la Comisión de
Beneficencia y el Arquitecto Revisor (censor de cuentas) designado
por la logia.
Cuando el hermano Hospitalario cesa en su cargo, el
Arquitecto revisor, una vez aprobado el balance presentado por la
Comisión de Beneficencia, cierra los libros por medio de un
decreto estampado sobre el libro de caja (dando un duplicado al
hospitalario saliente), de manera que se pueda evitar que otros
hermanos conozcan a las personas socorridas.
Fuente: Juan Carlos Daza, Diccionario Akal de la Francmasonería,
Madrid, 2009, pp. 205-206.
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